jueves, 24 de julio de 2008

Amanece que no es poco.




Este verano se cumplen nada menos que 20 años del rodaje de la película de mi excelso paisano Jose Luis Cuerda "Amanece que no es poco". Se rodó fundamentalmente en Ayna, con la intervención de muchos de los habitantes del pueblo, aunque también se utilizaron otras localizaciones, como la pintoresca plaza de Molinicos, y el bar-iglesia de Liétor. Con este motivo, se realizó en Ayna durante el pasado fin de semana una proyección al aire libre de la película para todos los habitantes del pueblo con la presencia del director. En las noticias del fin de semana pude ver como muchos de los participantes en la película contaban su experiencia 20 años después, por ejemplo, los niños del colegio, que actualmente sobrepasan la treintena y que recordaban lo bien que se lo pasaron durante el rodaje.





Eso me recordó mi experiencia personal en el rodaje de esta película. Una mañana de verano de hace ya 20 años , aprovechando las vacaciones, nos fuimos mi hermana, su por entonces novio y ahora marido, mi amiga Marina y yo hasta Ayna, para ver que se estaba cociendo por allí. Estuvimos primero en Ayna, donde tuvimos la oportunidad de charlar con Fedra Lorente, que estaba por la cafetería del hotel , y que estuvo muy simpática y cariñosa con todos los que estábamos allí. En la misma cafetería se encontraba también el actor cubano Samuel Claxton, el mismo al que en la película le gustaba hacer "estampas a la luz de la luna con las ovejitas", con el que estuvimos jugando una partida de billar. Por las calles del pueblo nos cruzamos con un joven Gabino Diego y también con Quique San Francisco.

Después nos acercamos a Molinicos, donde en su plaza se estaba rodando la escena de las elecciones con Chus Lampreave, Manuel Alexandre, Fedra Lorente y creo que Saza también estaba por allí. En ese momento fue cuando me dí cuenta de lo duro que puede resultar el rodaje de una película, pues tuvieron que repetir la escena infinidad de veces porque uno de los actores se salía de sus marcas. Por último, nos acercamos a Liétor, donde se rodaba una de las escenas de la taberna, que realmente no era un bar en la realidad, sino una iglesia, escenario donde se ve a la cantante lírica interpretando un repertorio poco usual para una taberna.

En fín, me encantó la experiencia, pues viviendo en una ciudad como Albacete nunca había tenido la oportunidad de ver los entresijos de un rodaje en directo.

Aprovechando que se cumplen 20 años, me gustaría proponeros una actividad. Volver a ver la película y después hacer un viajecito por los lugares en los que se rodó. Os aseguro que muchos de ellos aún siguen igual a pesar de los años transcurridos.

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